(Autor: Juan Dávalos) En recientes fechas se hizo evidente la necesidad del estudio de los fenómenos socio organizativos, ya sea desde el entendimiento y explicación de situaciones del fenómeno de masas, hasta la participación de la protección civil y la gestión integral del riesgo en un entorno como la Guerra.
Explicar cada uno de estos fenómenos, requiere el abordaje desde una perspectiva multidisciplinaria, y lograr conjugar un cuerpo de conocimiento que permita sentar las bases y directrices en el desarrollo de acciones preventivas eficientes.
En el estadio Corregidora de la Ciudad de Querétaro, una turba de personas, sin una aparente causa, inició una trifulca que terminó con un número importante de lesionados. Se notó el fracaso de las supuestas medidas preventivas para evitar ese tipo de enfrentamientos. Y surgieron preguntas como ¿el estadio contaba con un programa interno de protección civil? Y en caso afirmativo ¿se consideró la eventual situación de un fenómeno de masa?. Esos cuestionamientos nos hacen reflexionar el papel de las medidas de preparación en el marco de la Protección Civil, y más aún en el estudio de los eventos que conducen a su ocurrencia, y que desde la perspectiva de la Gestión Integral del Riesgo de Desastres (GIRD), nos ayuden al diseño de medidas de organización preventivas más eficaces.
Con la finalidad de contribuir al desarrollo de una discusión seria, entre los actores de la Protección Civil y de la GIRD en México, el presente artículo es un ejercicio dialéctico relacionado con el estudio de las masas y ofrece antecedentes remotos, que nos llevan a los años finales del siglo XIX, tiempo desde el que surgen hasta hoy sin número de enfoques y estudios que tratan de explicar el origen y características de este tipo de eventos.
Uno de los primeros autores en realizar un abordaje explicativo del fenómeno de masas fue Gustav Le Bon(1). En su tratado del estudio de la psicología de las masas, publicado en Francia en 1895, explicó que el comportamiento de la multitud está determinado por la noción de la Mente Grupal, que hace que las personas se sientan, piensen y actúen de una manera diferente de como lo haría de forma individual. De esta manera definió que la mente grupal no es una mera colección o suma de las mentes individuales del grupo, sino que se establece como un evento que hace que estos grupos sean menos racionales y más emocionales, cuyo funcionamiento se basa en emociones, sugerencias y lemas, centrado en un objeto o causa inmediata, describiendo así tres características esenciales de la masa: 1) Las multitudes surgen a través de la existencia del anonimato, 2) A través del contagio de ideas que se mueven en el grupo y 3) A través de sugestionabilidad, en donde, la “mentalidad colectiva” subordina al comportamiento individual.
En otras palabras, plantea que la masa, es un fenómeno social que rebasa los mecanismos individuales del razonamiento individual.
Contemporáneo de Gustav Le Bon, William McDougall(2) describió una idea del comportamiento de los grupos o multitudes muy similar al planteado por Le Bon, pero precisó la existencia de dos fenómenos centrales, 1) la intensificación de la emoción en una multitud y 2) la disminución del nivel intelectual; que derivan de una inducción directa de la emoción por medio de una respuesta simpática primitiva. De esta manera la emoción colectiva, se intensifica por la interacción mutua de los individuos, expresando así una reacción colectiva que puede oponerse a la autoridad.
En un sentido explicativo a nuestros días, las teorías de estos autores suponen que los procesos de consolidación de una multitud o masa, disponen de la existencia de un objetivo o fin, que en la medida que la idea principal produce un alineamiento de la razón de sus individuos, se va multiplicando al grado de suprimir cualquier juicio racional de la persona y en consecuencia actúa en un anonimato, irracional, regulado más por la emoción que por una explicación.
Sin embargo, las multitudes pueden tener fines positivos o sería imposible concebir la existencia de conciertos, manifestaciones pacíficas, por lo que la explicación de la masa en un sentido negativo se hace más compleja.
Derivado de esta dualidad, entre grupos con fines positivos y negativos de una multitud, Sigmund Freud(3) se contrapuso a las ideas de McDougall de intensificación de la emoción y expresó su punto de vista mediante la explicación de la teoría de la psicología de masas y el análisis del yo, utilizando los principios del psicoanálisis, explicando así, que la psicología grupal corresponde como la liberación de los impulsos reprimidos por el super yo, dejando a los impulsos instintivos del ello, su actuación sin aparentes restricciones o conciencia del evento.
No obstante, las explicaciones psicológicas de estos autores, no logran establecer un mecanismo o ruta de generación del fenómeno de masa y sus potenciales efectos o consecuencias. Por lo que se hace necesario la aplicación de otros enfoques, con la finalidad de identificar fuentes comunes de este tipo de eventos.
Es así que los estudios sobre la biología del comportamiento, se incorporan al cuerpo de conocimiento de explicación de los fenómenos de masa; En la década de los años cincuenta, se publican los resultados de los experimentos de Hans Selye(4), perfilando la explicación de las reacciones biológicas de los seres vivos ante el peligro, a las que denomina Síndrome General de Adaptación. Bajo esta teoría se puede definir que biológicamente los seres humanos sólo disponen de dos reacciones potenciales ante el miedo, que genera un hecho o evento desconocido o amenazante, y cuya finalidad es la preservación de la vida.
Estas dos respuestas corresponden a las reacciones de huida y pelea; considerando los procesos de racionalidad del cerebro humano, la interacción de estos eventos con la corteza prefrontal, se esbozan variantes físicamente reconocibles ante la ocurrencia de una emergencia. Al menos para la reacción de huida se generan cinco reacciones básicas: correr, gritar, empujar, llorar o paralizarse, que de manera práctica y recurrente, se observan ante la presencia de eventos severos como los sismos. Por su parte, las reacciones de pelea pueden manifestarse de manera irracional como golpear o de manera racional, como es la aplicación operativa de un procedimiento de emergencia.
La modulación de estas conductas de orden biológico, se demostró, pueden ser condicionadas por la repetición. Ivan Pavlov(5) a través de sus experimentos sobre el reflejo condicionado, demostró que la conducta puede ser reforzada de manera negativa conduciendo a reacciones de evitación y en los seres humanos al desarrollo de fobias, o bien, fortalecer una conducta positiva como es deseable que ocurra en un procedimiento de emergencia a través de la respuesta coordinada y homologa.
Es importante no perder de vista estas aportaciones del modelo biologicista, ya que los estudios más avanzados en la actualidad provienen de la ciencia del comportamiento animal o Etología, que junto con un estudio de la dinámica de movimiento de grupos o masas, están dando cuerpo a la moderna teoría del flujo granular, que describiremos más adelante.
Si bien, los enfoques psicológico y biológico, aportan un importante cuerpo de conocimientos y su aplicación práctica en la protección civil, no se puede dejar de lado un tercer componente que recae en dos disciplinas afines, la sociología y la antropología. Es evidente que la conducta se moldea en patrones, donde las costumbres y tradiciones juegan un papel determinante. Son pocas las aplicaciones directas de estas ciencias al entendimiento del fenómeno de masas, sin embargo, abren la puerta a nuevos estudios, centrados en la comunicación y el impacto de los valores culturales aprendidos y su correlación en la percepción del peligro.
Al día de hoy, algunos estudios sociológicos tratan de explicar el comportamiento humano en grupos, en relación a eventos como las estampidas humanas y actos de agresión en grupo como los acontecidos en el partido de futbol en Querétaro. Uno de los referentes útiles en materia sociológica, y que puede ser tomado de manera indirecta es el modelo de ventanas rotas (Broken Windows)(6) propuesto por Wilson, George L. Kelling, James Q. en 1982 y cuyo mejor referente fue en la ciudad de Nueva York, respecto del control de la incidencia delictiva.
El siglo XX dejó un cúmulo de conocimientos dispersos en cuanto a la compresión de fenómenos sociales en concentraciones masivas de personas, por lo que el campo de estudio está abierto a las propuestas teóricas que permitan una mejor comprensión de estos.
Un parteaguas en el estudio de estos fenómenos lo representa la obra Pedestrian and Evacuation Dynamics(7) de 2008, que concentra los estudios iniciados por Dr. Andreas Schadsneider, en la comprensión del uso de los espacios físicos y la concentración de personas. Sus investigaciones toman relevancia en la búsqueda de explicaciones del evento de masa ocurrido en la Love Parade en 2010, en la ciudad de Duisburgo, en donde, una estampida humana terminó con 21 personas muertas y más de 500 lesionados. El análisis preliminar no pudo explicar cuál fue el detonador de la estampida, salvo un error de logística de acceso en un evento.
A raíz de la tragedia de la Love Parade, se conjuntaron investigaciones en el campo del comportamiento y se iniciaron nuevas en el campo de la dinámica de las evacuaciones de inmuebles y recintos, de ellas, en el campo de la etología se efectuaron experimentos liderados por James Krauze, que a través del uso de micro robots logró incidir en el comportamiento de peces espinosos y definir determinantes del comportamiento para la formación de un cardumen y la inducción de respuestas moduladas, que precisan en parte los mecanismos de contagio descritos por Le Bon, un siglo atrás.
Junto a estas investigaciones se adicionan las desarrolladas en el campo de la física aplicada, que buscan explicar las características de la dinámica de flujos de personas en espacios y recintos, diseñando así la teoría de flujo granular propuesta por Schadsneider y Armind Seyfried (8), en donde se explican las interacciones de las personas en concentraciones masivas y los determinantes del comportamiento colectivo y su correlación con los sistemas de información y diseño del espacio físico, todo ello en lograr integrar los determinantes y detonadores de tumultos o estampidas humanas en recintos cerrados o espacios públicos de concentración masiva de personas.
Los diferentes hallazgos de estas investigaciones, platean la necesidad de entender la dinámica de movimiento de personas en espacios con concentración masiva de personas. La pertinencia de incorporar estudios del comportamiento de las personas, lo que ha llevado a conjuntar las observaciones del campo de la Etología en el desarrollo de un conjunto de experimentos de campo controlados.
Aunque los estudios se encuentran en curso en diversas universidades alemanas, sus hallazgos han permitido el desarrollo de algoritmos avanzados, que son programados en los sistemas de videovigilancia, y permiten ver el nivel de concentración de personas, bajo el principio del espacio físico vital y la posible génesis de estampidas, por la interacción de respuestas anómalas como la claustrofobia.
A manera de conclusión, la novedad de las investigaciones alemanas debe ser considerada e incorporada como parte de proceso explicativo de los fenómenos socio organizativos y dar oportunidad a la integración de un modelo operativo de respuesta centrado en la conducta humana, que aplicado a los planes de respuesta a emergencias permita simplificar los procedimientos y cerrarlos a solo dos acciones (Evacuación o Repliegue) y dos variantes de operación (Dispersión y Evacuación Diferida). Y aunado a la operacionalización del Sistema de Comando de Incidentes en las Unidades Internas de Protección Civil, hace viable un esquema de trabajo más simple y funcional, que facilitará en el mediano plazo una mayor comprensión en el manejo de agentes perturbadores socio organizativos.
Referencias bibliográficas:
1) Gustave Le Bon. (2004) Psicología de las masas. Estudio sobre la psicología de las multitudes Primera edición francesa: 1895, Buenos Aires.
2) William McDougall, An Introduction to Social Psychology. Dover publications, 14,University of Oxford.
3) Sigmund Freud. (2010) Psicología de las masas, Ed. Alianza, México.
4) Hans, Selye. (1951). General Adaptation Syndrome. Annu, Rev. Med., 2, 327-342.
5) Ivan P. Plavlov, (1927). Conditioned Reflexes: An investigation of the Physiological Activity of the cerebral cortex. Compilación.
6) Wilson, George L. Kelling, James Q. (1982) Broken Windows. Ed. The Atlantic. Estados Unidos
7) Wolfram W.F. Kilngsch,Christian Rogsch, Andreas Schadsneider, Michela Schreckenberg.(2010) Pedestrian Evacuation Dynamics, Springler, Alemania.
8) Mohcine Chraibi, Maik Boltes, Andreas Schadsneider, Armin Seyfried (2015) Traffic and Granular Flow., Springler, Alemania.
Efectivamente creo que existe la posibilidad de que una situación emotiva pueda detonar el Fenómeno Socio Organizativito, pero originado mediante una sola persona.
ResponderEliminarMi punto es que, podemos llegar a identificar con antelación la detonante de un evento socio organizativo generado de forma espontánea.
Por ejemplo, una situación que afecta de forma aletargada a unos cuantos, pero detona mediante una sola persona, ésta a su vez, podría o no tener influencia en los demás afectados, lo cual se dejaría claro si el fenómeno toma forma y el resultado es un evento de inconformidad social manifestándose mediante la violencia.