IN MEMORIAM
ARTURO
LÓPEZ PORTILLO CONTRERAS
Todos aquellos que tuvimos el
privilegio, más que la oportunidad, de conocer a Arturo sentimos un enorme vacío
hoy. Su sorpresiva partida, nos lleva a la inevitable reflexión de la vida y de
cómo la vivimos. Para mí, más que un
amigo, un hermano, mi Mentor, de quien aprendí lo valioso que es centrarse en los riesgos y
en las amenazas, más que en el desastre; quien me enseñó que el consenso, la
diplomacia y la política no deben estar peleadas con la GRD, sino todo lo
contrario. Pero quién me mostró también que la ética y la probidad en el
trabajo son fundamentales en quienes nos
dedicamos en cuerpo y alma a esto, y así se dedicaba él…
Siempre presente para
responder una pregunta, siempre presto a atender una llamada, siempre pendiente
de saber cómo nos encontramos, siempre discreto, siempre un personaje. Hoy,
quiero escribir, compartir mejor dicho, quién es Arturo López Portillo
Contreras, y el gran impulso que dio, abriendo brecha, en esta dura brega
transicional de la Protección Civil a la Gestión del Riesgo de Desastre,
incorporando los temas de Medio Ambiente y Cambio Climático.
Arturo era Ingeniero Civil, con
37 años de experiencia en protección civil, administración de desastres y
gestión integral de riesgos de desastre en más de 40 países de Norte, Centro y
Sudamérica, la región del Caribe, Europa, África, Océano Índico y Asia-Pacífico.
Fue subdirector de Atención a Emergencias Ambientales en SEDUE; Director General
de Protección Civil de la SEGOB; Director en CENAPRED y Subdirector de
Emergencias de Salud Ambiental en la SSA.
En el ámbito internacional se
desempeñó como experto en administración de desastres dentro de la Organización
Panamericana de la Salud, en la Oficina Sub Regional de Barbados para el
Caribe; en el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en
Barbados, Islas Seychelles, Nepal y Etiopía, así como en la Oficina del
Coordinador de Ayuda Humanitaria de las Naciones Unidas (OCHA) en Nepal.
Fue consultor en proyectos
para organismos internacionales y regionales como la Agencia del Caribe para la
Atención de Emergencias de Desastre (CDEMA), el PNUD, la Organización de los
Países de Caribe del Este (OECE), el Banco Mundial, la Organización de los
Estados Americanos (OEA), el Banco Caribeño de Desarrollo (BCD), El Banco
Interamericano de Desarrollo (BID) etc., así como para gobiernos de otros
países.
Se desempeñó también en el
sector privado en firmas internacionales como consultor en administración de
desastres en varios países. También diseñó e impartió el primer curso académico
de administración en la Universidad de las Indias Occidentales en el
Caribe.
Poseedor de la reciente y
única experiencia de haber diseñado tres planes nacionales de gestión integral
de riesgos de desastre: el Plan Nacional de Gestión Integral de Riesgos de
Desastre y su Estrategia de Implementación para la República Cooperativa de
Guyana; el Plan Nacional de Gestión Integral de Riesgos de Desastre de las
Islas Turcos y Caicos y el Plan Nacional de Gestión Integral de Riesgos de
Desastre y Desarrollo de la República Federativa de Etiopía.
También fue Director de Reducción
de Riesgos de Desastres, Medio Ambiente y del Mar Caribe de la Asociación de
los Estados del Caribe (AEC). Recibió varios reconocimientos y distinciones de
organismos de desastres y fuerzas armadas de varios países, como Costa Rica,
Grenada, Saint Lucia, las Fuerzas Armadas de la Unión de Repúblicas Soviéticas
Socialistas (URSS), la Fuerza Aérea de la República Dominicana, etc.
En 2011 recibió el reconocimiento del vigésimo
aniversario de la Agencia del Caribe para la Atención de Emergencias de Desastre
(CDEMA) como uno de los profesionales que más ha contribuido a la
administración de desastres en la Región del Caribe en los últimos 20 años.
Entre otros recibió también el Premio Ramazzini y Carvalho 2019 y fue nominado
en 2019 al Premio Sasakawa, el máximo galardón global de las Naciones Unidas.
Melómano, prolífico escritor,
poliglota, ávido lector (su escritor favorito era William Somerset Maugham),
disfrutaba mucho escuchar a Wagner y leer, también a Lovecraft, se complacía al
escuchar las canciones de Charles Aznavour, conocedor del buen whisky, amante
del cine y la novela negra, con un profundo respeto por la vida entendida como
un Todo.
Quienes tuvimos el privilegio
de conocerlo, de aprenderle, de recibir su consejo, su ayuda, su apoyo y su
guía, entendemos el gran compromiso que tenemos por seguir la estela que nos ha
dejado.
El Conde de la Alegría, Don Heliogábalo,
el Charro Negro, o como si presintiese el momento de partir, su nombre en el
Budismo, Dor Je Gyäl Po, Arturo, pues, estará siempre en la memoria de quienes
de manera real, desinteresada, humana, tuvimos la enorme dicha de conocerlo y
compartir, no sólo el interés profesional o académico, si no el de la
importancia de la Gestión del Riesgo de Desastres en el Mundo entero.
Arturo, Feliz Eternidad.
César Orlando Flores Sánchez
El Corsario.
Sorprendente trayectoria. Descanse en paz.
ResponderEliminarTuve el privilegio de conocerle y charlar alguna que otra vez. Coincido en tu apreciación sobre Arturo. Descance en paz.
ResponderEliminarUn gran amigo!!!
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