Una breve discusión sobre la Canícula, Sequía de Medio Verano o Veranillo
Por Hiram Abif Meza Landero*
En la antigua Grecia, los astrónomos de la época solían observar el
comportamiento de los astros en la cúpula celeste, observaban con
particularidad, las constelaciones y cuerpos celestes que al anochecer
coincidían con la salida del sol al amanecer en el horizonte. Durante los
primeros días de lo que actualmente sería el mes de agosto, la constelación que
aparecía en el horizonte después de la ocurrencia del ocaso, era la constelación
“Canis Maior” con su estrella más brillante “Sirio” (Alfa Canis Maioris), que a
su vez es la más brillante del cielo nocturno en el hemisferio norte.
Los antiguos astrónomos griegos, creían que la energía proveniente de
Sirio se sumaba a la proveniente del Sol, dando origen a la época más calurosa
del año. En la actualidad, debido al constante movimiento astronómico, el
periodo de Canícula no coincide con la geometría de Sirio y el Sol en el cielo
nocturno, por lo cual la antigua hipótesis griega ha sido descartada. También
se sabe debido a la disponibilidad de datos observados que el periodo canicular
no es precisamente el más caluroso del año, además de que no ocurre exactamente
durante las mismas fechas cada año, e incluso existen años en que no se presenta
este fenómeno en algunas regiones.
A continuación, se discutirá de forma breve y sencilla la definición de
Canícula como periodo climático y las teorías más aceptadas sobre su origen,
impactos y su variabilidad.
La canícula, sequía de medio verano o veranillo en una definición más aceptada
por los estudiosos del clima, es un periodo donde la precipitación exhibe un mínimo
relativo (julio-agosto) entre los dos periodos máximos de precipitación anual (junio
y septiembre-octubre) (Magaña et al., 1999). Este comportamiento de la
precipitación no es habitual en todo el mundo, si no que únicamente se presenta
en zonas del sur, este, sureste de México, Centroamérica y el Caribe.
Actualmente no se tiene certeza sobre las causas dinámicas que dan
origen a este comportamiento de la precipitación, aunque existen algunas
teorías que han sido aceptadas por la comunidad científica y que a la fecha
continúan vigentes. Dos de las teorías más relevantes sobre el origen de la
canícula, en orden cronológico son las siguientes:
La generada por Mosiño y García en 1966, que asocia el origen de la canícula
al desplazamiento hacia el oeste de un sistema de alta presión semipermanente sobre
el atlántico, produciendo que la formación de nubosidad profunda sea suprimida sobre
el Caribe, Centroamérica y la región sur, este y sureste de México.
La segunda teoría, fue acuñada por Magaña y colaboradores en 1999, en
ella sostiene que el déficit de precipitación se debe a una aceleración de una
corriente de viento en los niveles bajos de la atmósfera sobre el Caribe
denominada Jet de Bajos Niveles del Caribe (CLLJ por sus siglas en inglés) (Wang
et al., 2007), como respuesta a un aumento de la temperatura superficial del
mar sobre la zona conocida como “Alberca de agua caliente del Pacífico” que se
ubica al sur de la república mexicana (Fig. 1). Lo anterior produce un mayor
transporte de aire húmedo desde el Atlántico hacia el Pacífico, produciendo un
aumento de la nubosidad y las precipitaciones sobre la zona de la Alberca de Agua
Caliente y una disminución de las precipitaciones en las regiones del Golfo de
México, Centro, Sur de México y el Caribe.
En estudios recientes (Antemate-Velasco, 2019 y Perdigón-Morales et al.,
2017) sugieren que el comportamiento espacial de la canícula puede ser
controlado por factores como la altitud, ya que en zonas cercanas a la Faja Volcánica
Transmexicana (FVT) hay zonas donde se presenta el fenómeno de canícula,
mientras existen otras donde no se presenta y la precipitación únicamente tiene
un máximo anual o su ciclo anual no es estrictamente definido (Fig. 2). Esto
probablemente asociado al decrecimiento de los valores de temperatura cerca de
los grandes picos montañosos y el comportamiento de la humedad en esas regiones.
Además, la FVT constituye una limitante en la cobertura espacial de las
precipitaciones en las direcciones norte-sur y sur-norte.
Por lo anterior, se puede decir que la canícula no tiene barreras
geográficas estrictamente definidas, aunque regionalmente se pueden delimitar
algunas, con sus respectivas zonas de transición. De esta manera, se puede concluir
que no es un fenómeno que se dé en todo el país, y a su vez no se comporta
igual en las distintas regiones. En las zonas norte y noroeste de México, la
precipitación exhibe únicamente un máximo en su ciclo anual (unimodal), como se
muestra en la figura 3 (marcado en gris), por lo que puede concluirse que en
esas zonas no se da el fenómeno de sequía de medio verano. Mientras tanto, las
zonas marcadas en naranja exhiben dos máximos relativos en su ciclo de
precipitación anual (bimodal), dado que en ellas si se da el fenómeno de
Canícula.
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Figura 3: “Climatología (1979-2014) de precipitación quincenal (mm) promediada en áreas de 5° x 5°. El cuadro rojo muestra la región de la Canícula” (Sánchez-Jiménez, 2016). |
La supresión de la nubosidad profunda asociada a la Canícula, genera un
aumento en la frecuencia de cielos despejados, lo que produce a su vez un
aumento relativo de las temperaturas al cesar la acción refrescante de la nubosidad profunda y la lluvia, pero si bien las temperaturas aumentan, este en la mayoría de los casos
no es el periodo más cálido del año.
Debido a la disminución de las precipitaciones y el aumento de la
temperatura, el conocimiento de los efectos de la canícula en las zonas antes
mencionadas es de vital importancia para la planificación anticipada de
actividades como la agricultura y la ganadería, así como las acciones para mitigar
los impactos de este fenómeno que es temporalmente variable y que en algunos
años puede ser más severo.
Adicionalmente, los servicios de salud deben prestar particular
importancia durante la temporada de canícula, porque, aunque no precisamente
sea la temporada más cálida del año, suelen aumentar los casos de
deshidratación y golpe de calor debido a las temperaturas relativamente altas. Para
disminuir la incidencia de los casos antes mencionados, el sector salud debe
realizar campañas de información a la población debidamente estructuradas sobre
las medidas a tomar en cuenta durante la temporada de canícula.
Actualmente no existe un pronóstico específico
para la temporada de canícula que tome en cuenta la variabilidad de su duración
y su severidad. Una aproximación de estas variables, aunque si bien no podría ser
100% exacta, constituiría un avance significativo en el monitoreo, predicción y
mitigación de los riesgos asociados a la canícula, como lo son los económicos y
los relacionados a la salud principalmente.
Debido a la relevancia que la canícula tiene en México, Centroamérica y
el Caribe, sería un gran avance que un pronóstico para la Sequía de Medio
Verano fuese considerado dentro del área de Servicios Climáticos, cuyo objetivo
es proveer de información climática en apoyo a la toma de decisiones de forma
especializada y que responde a las necesidades de los usuarios en las áreas de:
Agricultura, Seguridad alimentaria, Reducción del Riesgo de Desastres, Salud, Energía
y Agua. Todo lo anterior desde un enfoque útil para la sociedad.
Referencias:
Antemate-Velasco, Geimond J. (2019). Características de la distribución
espacio-temporal de la precipitación en la vertiente del pacífico mexicano.
Maestría en Ciencias. Posgrado en Hidrometeorología. Universidad de
Guadalajara. Guadalajara, Jalisco, México.
Magaña, V., Amador, J., & Medina, S. (1999). The Midsummer Drought over Mexico and Central America. Journal Of Climate, 12(6), 1577-1588. doi:
10.1175/1520-0442(1999)012<1577:tmdoma>2.0.co;2
Mosiño, A. P., & E. García, 1966: Evaluación de la sequía
intraestival en la República Mexicana. Proc. Conf. Reg. Latinoamericana Unión
Geogr. Int., 3, 500–516.
Perdigón-Morales, J., Romero-Centeno, R., Pérez, P., & Barrett, B.
(2017). The midsummer drought in Mexico: perspectives
on duration and intensity from the CHIRPS precipitation database. International Journal Of Climatology, 38(5),
2174-2186. doi: 10.1002/joc.5322
Sánchez-Jiménez, Miguel A. (2016). Estudio del impacto del Jet de Bajos
Niveles del Caribe en la intensidad de la sequía de medio verano en la región
de Mesoamérica. Licenciatura. Facultad de Instrumentación Electrónica y
Ciencias Atmosféricas. Universidad Veracruzana, México.
Wang, C. (2007). Variability of the Caribbean
low-level jet and its relations to climate. Climate Dynamics, 29(4), 411-422.
*Licenciado en Ciencias Atmosféricas por la Universidad Veracruzana
Candidato a maestro en ciencias (Geociencias Aplicadas), Instituto
Potosino de Investigación Científica y Tecnológica (IPICYT).
TwitterⓇ: @TornadosMexico
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