¿Podemos evitar el próximo desastre?
Enrique Guevara
En intervenciones anteriores en este blog publiqué
reflexiones sobre dos temas que afloran con los sismos recientes
El
primero, publicado el 12 de julio, hablé sobre vulnerabilidades institucionales
y mucho de lo que ahora se comenta sobre los sismos del 7 y 19 de septiembre
cobran vigencia: por ejemplo, la falta de conocimientos sobre lo que debería
ser la gestión del riesgo de desastre, la poca inversión en materia de
prevención de desastres, falta de capacidades y mala organización dentro de las
instituciones, falta de planeación, entre muchas otras. Desde luego, no podían
faltar las que a mi juicio son las vulnerabilidades que más perjudican:
intereses mezquinos que prevalecen sobre el bien colectivo y la Corrupción.
La segunda reflexión la hice en el blog publicado el día 27
de julio titulado ¿Qué harías si temblara mañana?, el cual iniciaba de la
siguiente forma: “…
este blog tiene la intención de hacer una reflexión con motivo del próximo
aniversario de los sismos de 1985. Si
bien, aún faltan dos meses para que se cumplan 32 años de su ocurrencia, el
riesgo sísmico en nuestro país es muy alto y es permanente. El conocimiento actual sobre el fenómeno no
nos permite saber el día y la hora del próximo gran temblor, pero algún día
ocurrirá”.
A casi tres semanas del nuevo desastre del 19
de septiembre, me vuelvo a hacer las mismas preguntas y los mismos
cuestionamientos. 32 años no fueron
suficiente para evitar el desastre o al menos disminuir su impacto y salvar más
vidas. Cada vez que hago esta
afirmación, muchos me objetan que no se pueden evitar los desastres,
argumentando que la naturaleza es impredecible y hasta en los discursos
oficiales se menciona que “ante las
fuerzas de la naturaleza, todos somos vulnerables”.
Me parece muy lamentable que todavía no se comprenda que la
magnitud del desastre, no depende exclusivamente de la intensidad del fenómeno, si no de
factores sociales, políticos, y económicos que nos hacen vulnerables,
encontrando las condiciones propicias para que el riesgo se traduzca en
desastre ante la presencia de un fenómeno perturbador. No debieron caerse esos
edificios mal construidos, no debió haber des-coordinación en la atención de la
emergencia, no debieron haber sucedido muchas cosas.
Es cierto, no podemos evitar ni predecir la ocurrencia de
sismos, ciclones tropicales y otros fenómenos perturbadores, pero sí podemos
hacer mucho para reducir las pérdidas y daños asociados. Sí podemos salvar más vidas, sí podemos tener
un desarrollo sostenible que no genere riesgos o que se adopten medidas que los
reduzca. Si podemos hacer muchas
acciones.
En fin, concluyo esta breve reflexión convencido que los
recientes sismos en nuestro país demuestran que no han sido exitosos los
modelos de gestión de riesgos hasta ahora implementados. Debemos cambiar y romper paradigmas si
queremos evitar el próximo desastre, o reducirlo al mínimo el impacto.
Como siempre muy atinada reflexión Maestro, aunque personalmente creo que quien deberia tomarla en cuenta, quienes deciden el rimbo de las políticas públicas en la gestión del riesgo y la protección civil, seguirán pensando que ante la fuerza de los desastres naturales, seguiremos siendo vulnerables y no hay nada que hacer.
ResponderEliminarGracias Mariano. Lamentablemente así es la realidad. Por eso quien esté al frente de Protección Civil debe ser una persona que conozca del tema. Y si se puede, tenemos ejemplos en Chiapas, en Iztapalapa y en Miguel Hidalgo, y algunos otros lugares del país
ResponderEliminarEstimado jefe, pero tu y yo sabemos que lo qué más hace daño es la corrupción que sigue imperando en todas las estructuras y que en la actualidad es un claro ejemplo. No es corrupto solamente el que se roba dinero, también es corrupto el que pone un socio a coordinar (o mejor dicho en el puesto de coordinador lo que no necesariamente signifique que coordine). Y más corrupto es aquel que sabiendo que no tiene la menor idea del tema, se asuma como un experto y que ante su caudal de desastres siga pensando que ha venido a revolucionar (360°) la protección civil, cuando el giro es en sentido contrario (180°).
ResponderEliminarEfectivamente @Metaemergencia, por eso afirmo que la vulnerabilidad que mas daño nos hace, es la mezquindad y la corrupción
EliminarBásicamente todos en este Blogg expresan el mismo sentir, pero también lamentan la misma adolescencia de la Autoridad. Siempre aprendo al leerte, Maestro y amigo!
ResponderEliminarGracias César, tu blog de No podemos cantar Victoria, también es muy bueno y refleja ese sentimiento. Un abrazo !
EliminarMuy precisas tus reflexiones amigo, yo creo que como Colegio, titulares y asociados, debemos publicar en la prensa nacional un desplegado posicionando nuestros puntos de vista en un amplio listado. No hay que dejar que es discurso de lo que denomino "Simulación civil" se imponga. Debemos exigir cambios positivos, entre ellos el despido inmediato del puente chueco ese que es símbolo de gran corrupción.
ResponderEliminarDe acuerdo Ray, lo peor que se puede hacer es quedarse callado. Debemos organizarnos para sumar esfuerzos y contribuir a un cambio verdadero.
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