Esta ocasión me quiero referir a una
situación estrictamente técnica del manejo de crisis y de la Metaemergencia®.
Utilizaré el ejemplo de dos acontecimientos pasados, solamente con la finalidad
de mostrar cómo una situación determinada de crisis, puede ser sustituida por
otra en el ánimo de quienes manejan las emergencias y desde luego en la
percepción de la sociedad, excepto de quienes han sido afectados directa o
indirectamente por un agente destructivo.
Para lo anterior y teniendo tanta tela de
donde cortar, como podría ser ahora los huracanes HARVEY e IRMA que, con
diferencia de 15 días, una crisis nos hizo voltear a la otra; dejamos de pensar
en Houston y nos enfocamos a Miami.
Sin embargo, quisiera poner en la palestra
otra situación (que podría ser cualquiera, hay muchas), que ejemplifica lo que
quiero comentar:
La madrugada del día 30 de septiembre de
2016, se presentaron lluvias intensas en el municipio de Durango, capital del
estado del mismo nombre, provocando la muerte de 5 personas, entre ellas un
menor, 2 mil damnificados y daños aun no cuantificados, en vivienda,
infraestructura urbana y automotores.
Lluvias intensas se precipitaron
puntualmente (101 mm de acuerdo con el SMN), en el municipio de Durango durante
un espacio de 5 horas, provocando que la Presa “El Hielo” alcanzara su Nivel
Máximo de Emergencia y generando que el agua empezara a verter hacia el río
denominado “La Acequia Grande”.
Una cosa es importante señalar, todas las
presas hidráulicas del estado se encontraban al 100% de su capacidad, es decir
en el nivel más alto de su Nivel Máximo de Operación; un día antes el Servicio
Meteorológico Nacional informó sobre la entrada de aire húmedo tropical por el
Golfo de México, por lo que la Coordinación Nacional de Protección Civil de la
SEGOB alertó sobre lluvias moderadas 5.1 a 25 mm con puntuales Fuertes de 25.1
a 50 mm para el centro, sur y oriente de Durango (aunqué hay que señalar que el
mismo pronóstico precisa que existía la posibilidad de lluvias torrenciales
superiores a 150 mm en otras regiones del estado de Durango), con los
consecuentes posibles efectos adversos al sur del estado de Durango donde se
encuentra la ciudad capital del estado del mismo nombre.
Sin embargo, omitió señalar o asociar el
alto riesgo que significaba que las presas aledañas al municipio de Durango se
encontraban al 100% de su capacidad.
La precipitación se presentó por encima de
las expectativas de alertamiento, cayendo en el municipio de Durango 101 mm,
las que se consideran lluvias intensas, siendo el doble de lo esperado; esta
subvaloración del riesgo tanto por el sistema local como por el federal de
protección civil propició que los efectos adversos se presentarán de la forma
ya descrita y con los resultados negativos también ya mencionados. (Aquí es
donde entra en acción ese concepto que venimos manejando cada vez más
constantemente del Micro Alertamiento, lo que hubiera podido mejorar la
respuesta substancialmente).
La respuesta local se presentó de forma
caótica e improvisada, tal vez propiciada por el cambio de gobierno en esa
entidad, que al relevar a las estructuras político administrativas del gobierno
del estado y realizar los famosos cambios “institucionales y democráticos”
provocaron una vulnerabilidad institucional. (El gran Enrique Guevara ha
hablado mucho de esto inclusive en un blog de esta serie).
Como señala la Ley General de Protección
Civil, en una emergencia, si la capacidad operativa municipal es rebasada, debe
ser complementada por la estatal, y si esta también es rebasada, deberá ser
complementada por la instancia federal. Así fue como ocurrió, las primeras en
reaccionar, conjuntamente, fueron las instancias municipal y estatal; la
federal llegó por la mañana de ese día 30.
La presencia en terreno no parecía mejorar
la situación de la emergencia, pronto se mostraron problemas de coordinación
entre las dos instancias locales y la federal, parecía que no habían construido
ese vínculo operacional, o si lo tenían hecho, éste se diluyó con los cambios
“institucionales y democráticos” ya mencionados.
El gobernador panista trabajaba con su
gente en un gabinete de crisis al tiempo que las autoridades de Protección
Civil Federal caminaban por entre los escombros y lodazales de la ciudad
tomándose fotos y subiéndolas a las redes sociales simulando que atendían una
contingencia, eso sí afirmando en dichas redes, que se encontraban ahí por
órdenes del Presidente de la República; era obvia la descoordinación.
El Ejercito Mexicano de inmediato aplicó el
Plan DN III E y realizaba sus labores en silencio al margen de las cámaras,
recordándonos a la gente de protección civil que calladamente somos desplazados
por ellos ante la mirada de todo mundo, en órden, disciplina, recursos y
elementos (recomiendo la lectura del blog: Ventajas y desventajas deque las fuerzas armadas mexicanas participen en tareas de Protección Civil, de esta misma serie.
Al mismo tiempo los medios de comunicación
local y nacional tenían nota y sacaban jugo de ella en todos los medios. La
Metaemergencia® estaba en desarrollo, la crisis de la emergencia no podía ser
gestionada por nadie y unos trabajaban en terreno y otros simulaban hacerlo, la
percepción social en medios era la esperada por los advenedizos, “parecía que
todos trabajaban coordinadamente”.
Ante los vacíos de respuesta, sucedió lo
mismo que siempre ocurre en estos casos, la sociedad comenzó a organizarse,
aunque esta vez con el gobernador duranguense; es así que se empezaron a
instalar centros de acopio y refugios temporales “oficiosos” que respondían con
la autoridad local a la emergencia. La federación afirmaba correctamente que se
había emitido ya una “Declaratoria de Emergencia Extraordinaria”, sin embargo,
los recursos de ésta no están presentes aún en Durango, llegarán, quizá, a
partir del lunes 3 de octubre ¿y mientras?
En ese momento ocurre algo que cambiaría el
curso de la emergencia y fortalecería la Metaemergencia® al presentarse un
nuevo evento que sustituiría a la inundación de Durango en la percepción social
imbuida por los medios de comunicación; en efecto, entraba el Volcán de Fuego
en una etapa eruptiva elevada, similar a las ocho crisis presentadas en el
periodo de 1998 a 2003.
De inmediato, los medios de comunicación
cambiaron sus lentes de posición y enfocaron hacia los estados de Colima y
Jalisco, en donde se encuentra el volcán que ha entrado en una etapa de
destrucción de su domo, con su espectáculo sin igual.
Ante esta situación, las autoridades
federales de protección civil, dejaron de simular que atendían una emergencia
en Durango y se trasladaron a Colima, donde ahora se encuentran los
reflectores, para ahora simular que atendían otra emergencia. Hicieron una
evacuación de entre 300 y 500 personas que son las que se encuentran en el
primer círculo de riesgo del volcán entre los dos estados y en las comunidades
de La Yerbabuena en Colima y La Becerrera en Jalisco, protocolo que se ha
realizado al menos ocho veces en el pasado reciente y que está muy bien afinado
por los sistemas estatales de protección civil de Colima y Jalisco.
Así, de esta manera dejaron atrás una
emergencia real en Durango con 2 mil damnificados y daños reales aún sin
cuantificar, 5 muertos y el riesgo de que otro temporal de lluvia vuelva a
provocar otro desfogue de alguna de las presas de la entidad duranguense que se
encuentran al 100% de su capacidad, lo que les daría la puntilla y donde sus
problemas de coordinación con el gobernador duranguense eran evidentes y se
movilizaron hacia el Volcán del Fuego, a evacuar preventivamente a 500
personas, en una crisis que al menos las 8 ocasiones anteriores no ha pasado
nada, pero en donde ahora se encuentran los reflectores y la percepción social.
Es así, como en Metaemergencia® una
emergencia mata a otra emergencia, cuando los medios de comunicación enfocan en
otra dirección y provocan que el componente político se mueva del sitio donde
existe una emergencia real a otro donde se presenta un fenómeno que aún no ha
causado efectos adversos y que es estrictamente mediático, generando en la
percepción social el olvido de la emergencia inicial, en este caso Durango y
concentrándose en la nueva emergencia, aunqué esta sea solamente "una
emergencia mediática".
Eso es todo por ahora y nos vemos en la siguiente entrega, despidiéndose de ustedes su amigo Metaemergencia.
Los invito a seguirme en twetter en @Metaemergencia o en Facebook en METAEMERGENCIA MX.
Muy bien @Meteaemergencia, siempre aprende uno cosas nuevas y bien explicadas por un experto en la administración de emergencias. Y así podrías seguirte con otras emergencias que fueron matando las anteriores como la TT Lidia en Baja California Sur, Katia en Veracruz y el sismo del 7 de septiembre en el Istmo de Tehuantepec.
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