Siete días
han pasado desde que el sismo de magnitud 8.2 fue para Chiapas y Oaxaca como un
infarto fulminante para un cuerpo social muy vulnerado. Ese cuerpo padecía desnutrición,
depresión por la marginación, fracturas por los conflictos laborales, arrugas
por afectaciones ecológicas, temores por la violencia y la delincuencia
inhumanas, tristeza ante tanta corrupción e impunidad, pero sobre melancolía por
siglos de abusos económicos. Sus médicos, políticos tecnócratas, tardaron años
en diagnosticar los múltiples padecimientos y siempre le ofrecieron paliativos,
medicamentos genéricos y una atención simulada. Si le hubieran querido un poco…
si de verdad les hubiera importado habrían prevenido este impacto fatal. Ahora
se echan la culpa unos médicos a otros y el propio presidente de la República
ha pronunciado que “Oaxaca es México, Chiapas es México; todos somos Oaxaca,
todos somos Chiapas, y todos somos México”. Y le faltó decir que además 50 millones
de mexicanos estamos igual o peor de desilusionados y pobres que los
chiapanecos y los oaxaqueños.

El esqueleto de
la vulnerabilidad luce a través de la prensa muy fragmentado en 98 muertos, 4
mil 500 negocios afectados, más de 40 mil viviendas chiapanecas presentan daños;
solamente en Chiapas un millón 479 mil 575 personas son damnificadas en los
municipios de Tonalá, Cintalapa, Parral, Venustiano Carranza, Acapetahua,
Emiliano Zapata, Tuxtla Gutiérrez, San Lucas, Tapachula, Suchiate, Villa Mazatán,
Pijijiapan, Comitán, Acala, Villa Corzo, Totolapa y Chiapilla; 80% de los
habitantes del Istmo de Tehuantepec están damnificados, en Oaxaca se
contabilizaron 800 mil damnificados en 41 municipios, principalmente en
Juchitán, Unión Hidalgo, Ixtaltepec y Astata, donde hay daños en 324 escuelas
públicas. En Chiapas y Oaxaca 89 escuelas deben ser reconstruidas total o
parcialmente. Chiapas y Oaxaca para México el 7.6% de la población y recibían el
3.3% del PIB nacional, por ello eran dos de las entidades más pobres de un país
muy rico.
Este sismo
evidenció la crítica condición vulnerable, ante sismos, que padecen muchas
localidades mexicanas. Pero el 80% de la población mexicana también está
expuesta a otras manifestaciones naturales potencialmente destructivas como las
inundaciones y los huracanes. Y cabe mencionar que en esta ocasión la Ciudad de
México se escapó de un gran desastre por factores técnicamente explicables. Pero
la megaurbe padece un cuadro clínico similar al que derrumbó a Oaxaca y
Chiapas, compuesto de políticas oportunistas, corrupción, impunidad,
simulación, negligencia, discursos ilusorios, negocios ilícitos, obra pública
inadecuada y otros males. Quienes consideran que salió barato el sismo se
equivocan absolutamente, porque es terrible todo lo que ha ocurrido y es lo que
entre especialistas se denomina un gran desastre.
La siguiente
semana acudiremos a consulta anual para ver cómo estamos después de 32 años de
un desastre que en 1985 puso a prueba a la Ciudad de México. Tuvo que ocurrir un
desastre ahí, en un sitio inocultable, para que los funcionarios públicos tomaran
la decisión de crear un Sistema Nacional de Protección Civil, pero es tiempo de
transformar ese modelo en un Sistema Nacional de “Prevención” Civil, con un
enfoque de Gestión Integral de Riesgos y Desastres moderno, porque el actual sistema
ni protege ni previene, la evidencia inobjetable es que cada año se presentan
más desastres. Es tiempo de actualizar el equipamiento mecánico y humano,
vincular la práctica con la teoría, deshacernos de los fierros viejos y las
ideas obsoletas, fortalecer la sistematización de datos, el cálculo científico,
la experiencia cualitativa, el enfoque interdisciplinario y aplicar las leyes y
reglamentos que son violados por funcionarios, empresas e individuos durante el
proceso de construcción de los riesgos y los desastres que vemos en los
múltiples diagnósticos que existen y que gradualmente se convierten en un indignante
esqueleto.
*Periodista, historiador
y antropólogo, especialista en riesgos y desastres, Universidad de Colima.
Email: rpadilla@ucol.mx
Publicaciones recientes: https://ucol.academia.edu/Raypadillalozoya
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